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dimarts, 13 de setembre del 2011

Dos aplicaciones para el pensamiento lateral de E.Bono

En mi artículo de hoy, mostraré dos aplicaciones prácticas del pensamiento lateral de E. Bono. Edward De Bono es un prolífico psicólogo por la Universidad de Oxford, entrenador e instructor en el tema del pensamiento. Ha creado varias herramientas para mejorar las habilidades y actitudes de exploración.

Nuestra rutina se ve envuelta en mayor o menor medida de la práctica. Y esta práctica se ve regida por el pensamiento vertical (pensamiento convencional). En este pensamiento avanzamos a lo largo de líneas familiares usando experiencias y suposiciones que parten de situaciones similares. Nos apoyamos en la lógica y las suposiciones que empleamos antes. Utilizamos un enfoque lógico y racional.

Pero en ocasiones, la experiencia adquirida no nos servirá para afrontar los retos / problemas que se nos crucen por el camino. Digamos que nuestro pensamiento vertical se ve desbordado puesto que nuestro cerebro es incapaz de encontrar alguna secuencia lógica o bien alguna experiencia previa que nos permita afrontar la situación. Y es en este momento en el que podemos aplicar el pensamiento lateral. Es una técnica de autoexploración que permite abordar situaciones complejas desde puntos de vista distintos. Cada punto de vista se ve representado por un gorro de un color:

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Este sembrero se centra únicamente en los datos, excluyendo cualquier tipo de emoción o sentimiento. Sus cualidades consisten en la enumeración, la descripción formal, la cuantificación, etc. En la imagen que vemos a continuación el sombrero blanco nos diría que estamos viendo un accidente entre un coche granate y un coche gris. Desconocemos si han habido heridos.


Este sombrero representa la dicotomía del blanco. Se centra en la vertiente emocional del suceso. Aborda cualquier situación desde la perspectiva de la intuición, la ira, la pasión. Cuando utilicemos este gorro para formular enunciados, debemos dejarnos llevar por el corazón y hablar con y mediante él, eliminando cualquier miedo a ser rechazado por los demás por nuestra manera de sentir.


Este gorro se encarga de la mirada crítica de nuestro pensamiento. Se centra en las desvantajas, carencias, debilidades, amenazas de nuestras ideas. Es el representante del juicio y la cautela. Se encarga de señalar por qué una sugerencia no encaja en nuestro plan. Es un punto de vista puramente lógico, es decir, critica cada enunciado con argumentos objetivos.



El opuesto del gorro negro. Es optimista y positivo. Se centra en las conveniencias y fortalezas de nuestras sugerencias. De la misma manera que el gorro negro, está vinculado a la lógica pero de manera positiva. Con este gorro nos convertimos en soñadores sin dejar de ser realistas y utilizamos los aspectos positivos de cada idea que nos rodea.




Es el representante de la creatividad. Se centra en ampliar nuestros horizontes. Formula enunciados a veces ilógicos que ayudan a expandir nuestra mirada acerca de un problema. Representa la ventana abierta al cerrarse la puerta.






El sombrero azul representa el director de orquestra. Es el que otorga protagonismo a cada uno de los otros gorros según interese en el devenir del razonamiento. No se enfoca en el asunto propiamente dicho, si no en el pensamiento de 'per se'. Tendrá en cuenta los datos del gorro blanco, sin que la abundancia de información reste foco a la discusión, escuchará los sentimientos del gorro rojo evitando convertir la problemática en un drama, escuchará los argumentos negativos del gorro negro y los positivos del amarillo y finalmente tendrá en cuenta la habilidad exploratoria del gorro verde. Él será el encargado de la coordinación y de llevar el barco a buen puerto. 


Dos maneras de sacar provecho al método de los gorros


Diálogo interno - La primera manera, es el propio método aplicado a uno mismo. Ante cualquier reto, podremos abrir un proceso de reflexión e intentar hacer sugerencias con cada uno de los gorros:
Ante cualquier problemática deberemos:

  • Tener bien claro su impacto en la duración, en el tiempo, personas involucradas, dinero, y cualquier parámetro objetivo a tener en cuenta (Gorro Blanco)
  • Deberemos de explorar cómo nos sentimos ante el reto. ¿Sentimos ira?, ¿miedo?, ¿no seremos capaces?,¿sentimientos de envidia porque otras personas hacen otras cosas más importantes? (Gorro Rojo)
  • Va a salir todo mal, no tenemos ni las herramientas ni el tiempo para realizarlo. (Gorro Negro)
  • Va a salir todo bien, llamaremos a un colega que entiende del asunto y a parte nos servirá para aprender (Gorro Amarillo)
  • ¿Y si nos pusiéramos en contacto con algún centro formativo que nos diese una formación para poder encarar el reto? Gorro verde
  • Y finalmente el azul, que dará voz a cada uno de los gorros.
Enfocando la situación de esta manera, se nos abrirán posibles caminos teniendo en cuenta todos los puntos de vista del pensamiento, y lo que es más importante, servirá para autodescubrirnos.

Identificación del gorro - En las grandes organizaciones, en la empresa, en el día a día, tenemos diálogos con personas que llevan un gorro marcado:
¡No va a salir nada bien porque no sabemos cómo hacerlo! (Gorro Negro)
¡Esto es una mierda! (Gorro Rojo)

Ante tal situación, lo que debemos hacer si queremos convertir la conversación en una conversación de provecho es 'escuchar al gorro'.

En el primer punto podríamos interesarnos sobre cómo de poco cualificados estamos, y dar importancia a la preparación necesaria.

En el segundo punto, la persona nos está diciendo que no se siente nada a gusto con la situación.

Seguidamente podríamos enfocar el diálogo obligando al interlocutor a formular un enunciado con un gorro distinto (¿cómo podríamos prepararnos mejor?)

De esta manera la persona se ve escuchada y llevamos la conversación hacia un enfoque mucho más positivo.

Tres reglas básicas de los gorros

Ante un enunciado negativo hecho con gorro rojo, nunca responder con el mismo gorro ya que el resultado es pura dinamita. Esta situación se da en las famílias ya que todos los actores se pueden ver involucrados en conversaciones sentimentales.

Ante un gorro negro, nunca pronunciar el amarillo de golpe, sin dar un espacio al negro para que se explique. Los gorros negros son muy necesarios porque actúan como contrapeso, identificando riesgos y amenazas. Lo peor que podemos hacerle a un gorro negro es no escucharlo. En las organizaciones, se apartará y hay un gran riesgo que se autoexcluya del grupo, ya que éste no acepta sus críticas.

Juega permanentemente a identificar los gorros con los que te hablan. Te ayudará mucho para poder actuar en ocasiones como gorro azul y poder sacar el máximo provecho de cada conversación.

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