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dimarts, 27 de setembre del 2011

Seré un profesional papá!

Saludos a todos mis seguidores! Después de algunos días inactivo vuelvo con un artículo de mucha carga emocional. Ruego que os guardéis un rato de tranquilidad en vuestras casas para poder prestarle la atención que se merece, así que nada de estar leyéndolo en el trabajo mientras el jefe está en alguna reunión!


Hoy tengo el placer de presentaros uno de los mejores momentos de la historia del cine en relación a los principios del coaching. La escena pertenece a la película en busca de la felicidad (peliculón de aquél príncipe de Bel Air llamado Will Smith que llenó momentos y momentos de nuestra adolescencia).


No sé si tendréis el contexto de la película en mente, pero os echaré una mano. Will Smith y su mujer se arriesgaron en un negocio de estos que corren por América en los que tú adquieres un producto novedoso (en este caso un scanner de densidad ósea) por adelantado y luego lo comercializas. La cuestión es que el negocio se convierte en un fracaso para su matrimonio, su casa y su futuro. El actor se ve de 'casa de caridad' en 'casa de la caridad' con su hijo mientras trabaja de gratis para una gran agencia bursátil intentando conseguir un puesto soñado. 


En este contexto se da esta conversación entre padre e hijo:


Enlace a la escena


Espero que esta escena os haya llegado al corazón de la misma manera que lo ha hecho conmigo. Y es que se puede sacar mucho jugo de un diálogo como este:


¡Cuánto daño hemos hecho a los que nos rodean diciéndoles que no pueden! En coaching, esta acción se llama creencia limitadora. Una creencia limitadora va muy arraigada a nuestra personalidad. Ante un reto o una posibilidad actúa como un freno de mano y lastra nuestra creatividad. El primer paso que podemos hacer se centra en detectarlas cuando actúan sobre nosotros. Si queremos trabajar sobre nuestras creencias limitadoras, simplemente tenemos que volvernos observadores en cada diálogo que tengamos a lo largo del día. Detectaremos cuándo una afirmación de los demás nos parece sin sentido o descabellada. Detectaremos qué sensaciones pasan por nuestra cabeza para creer que aquella idea no tiene sentido. 


Un buen ejercicio puede ser intentar comprender por qué para nuestro interlocutor sí que tiene sentido (seguramente encontraremos un elemento que desafíe nuestra creencia limitadora).


El siguiente eje de análisis se centra en el efecto que las creencias limitadoras de los demás ejercen sobre nosotros. (Este hecho se ve en la afirmación de Will Smith en el diálogo cuando le dice: '¡Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo!). El ejercicio que os propongo para mitigar su efecto es similar. Debemos detectar cuándo los demás proyectan una creencia limitadora sobre nosotros.


Enlazando los dos primeros puntos del artículo tenemos una recomendación: rodearse de energía positiva.


Finalmente cuestionemos nuestras creencias limitadoras y su efecto, Intentemos proyectar nuestra vida sin ellas y ver como se amplían nuestros horizontes!

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